lunes, 25 de noviembre de 2013

Baindo sa reta ningyō [YamaChii] PROLOGO

Adaptado por: IzzyJump!*
Género: Romance, un poco de humor, suspenso. 
Pareja: YamaChii
Extensión: Serial
Argumento: Ryosuke y Yuri son dos hermanos separados cuando pequeños, y luego de 14 años vuelven a reencontrarse, pero no todo será como Yuri soñó, ya que su hermano es un ser cruel y despiadado. ¿Podrá hacerlo cambiar y reivindicarse? 
Advertencias: Lemon, puro lemon hard, palabras obscenas, incesto y escenas violentas. 

Nota de Alex: Sinceramente, es uno de los mejores y más fuertes fanfics YamaChi que he leído en mi vida, tanto así, que decidí pedir permiso a la escritora para colocarlo aquí. Disfrútenlo y siéntanlo.



Prologo

Algo calentaba mi mejilla, no sabía que demonios podía ser, pero impedía que pudiese dormir con tranquilidad. Me removí para acomodarme y no encontraba ¿sitio? Con un suspiro abrí los ojos y me di cuenta de lo que sucedía. La cama no se había achicado, simplemente no estaba en mi cama, estaba durmiendo en el auto… otra vez y era la luz del sol que me molestaba en la mejilla; rodé los ojos y miré el interior del auto, estaba hecho un desastre, había algunas botellas dispersadas, condones usados y cocaína…



- Maldita sea…- mascullé entre dientes. A lo mejor Daiki había vuelto a arrojar su m*erda aquí, y como siempre, había cogido mi carro para follar con Kei. Ese par me tenía harto, y en cuanto los viera, los iba a poner a limpiar el desastre y no solamente eso, sino que también les diría hasta de lo que se iban a morir.

¿Por qué lo haría? Simple, porque en este barrio se hacia lo que yo dijese, porque yo era el jefe de los Rensa shi. Y porque aquí se regían bajo mis leyes, bajo MIS propias leyes, este era mi juego y los Rensa shi eran las piezas que movía a mi antojo, eran mis encadenados, mis juguetes, mis muñecos.

De mala gana, me senté correctamente en el asiento y salí del auto, decidí irme a mi cama a descansar, pero algo me hizo detenerme justo antes de llegar.

Todas, absolutamente todas mis cosas, metidas sin cuidado alguno en una enorme caja. Mi ropa, mis zapatos, mis boxers, TODO! Encima había una nota; apreté la mandíbula mientras me inclinaba y tomaba la estúp*da nota. No hacia falta que adivinase de quien era, pues sabia perfectamente que era del m*rica cobarde de mi oto-san, si es que podía llamarle así…

Ahí están tus cosas, creo que lo mejor es que estés un tiempo con tu mamá. Nuestra relación es un asco y pienso que te hará bien pasar una temporada con ella, conocer personas nuevas, respirar otro aire, ver de nuevo a tu hermano menor…

Entrecerré los ojos al leer esto último. ¿Quién diablos se creía papá para mandarme a casa de mamá para “compartir” con ella y con el niño mimado de mi hermano?

Arrugué la nota y la lancé al suelo, conteniendo las ganas de escupirla. Me acerqué a la puerta, tocándola con desesperación ya que le cambiaron la cerradura; tenía ganas de derribarla, tomar a mi papá por el cuello y apretarlo hasta que dejase de respirar

- ¡Se que estás ahí imbécil! Abre la maldita puerta y dime en mi cara que me quieres fuera de tu asquerosa casa… anda, ¡ven dímelo!- exclamé, pero no recibí ninguna respuesta.

- Es por tu bien…- escuché que dijo débilmente. Me quité la sudadera y la arrojé al suelo también, pegándole patadas a la puerta; sabía que mi papá estaba escondido, como el cobarde que era. – Bien, como quieras, me iré a Osaka con mamá y mi “hermanito”- añadí con sarcasmo- y te juro que haré de sus vidas un infierno, tal y como he hecho con la tuya, imbécil…- di media vuelta y tomé mis cosas, caminando lentamente hasta mi auto. Por suerte tenía algo de dinero por el trabajito de anoche, y en el camino llamaría a Daiki para que le dijese a los demás lo que tendrían que hacer en mi ausencia.

Me subí al auto y suspiré con cansancio, se que sería un viaje largo, aburrido y agotador. Todo gracias a mi papá; pero no importaba, como “buen hijo” que era, le iba a obedecer e iría a casa de mi madre, y compartiría con ella y con mi hermanito. El cual, por cierto, tenía mucho sin verle. ¿Habrá cambiado? ¿Seguirá teniendo esa carita angelical que tenia cuando niño? ¿O se habrá vuelto una escoria como yo?

Esto último lo dudo, pues sabía que nuestra madre es la personificación de la moral y la ética. 
Era una de las abogadas más prestigiosas de Osaka, y se que mi hermano debió de seguir sus pasos… ¡Que ironía! Mi mamá una de las mujeres más respetadas en Osaka y yo era el más temido y respetado en los barrios bajos de Akihabara.

- Ya verás mamita. Tu, mi hermanito y yo nos divertiremos un montón… Que comience el juego- dije macabramente mientras encendía el auto y emprendía camino a Osaka...


2 comentarios:

  1. por favor continua la quiero saber que pasa la historia esta interesante espero pronto subas los capítulos por favor

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Con un "gracias" es suficiente :D